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domingo, 1 de julio de 2012

La agricultura orgánica y el planeta

Todos los seres humanos dependemos, en mayor o menor escala, de esa fábrica de alimentos llamada agricultura. Sin esos extensos campos de cultivos, la humanidad moriría de hambre. Pero lo que nos alimenta, también afecta a nuestro planeta, con el uso de herbicidas, plaguicidas y otros productos químicos para combatir las plagas que afectan los cultivos. El uso de estos químicos ha alterado los hábitats naturales, al igual que la extensión de los campos. Preparar un campo en la agricultura convencional, implica muchas veces, eliminar bosques, ciénagas, selvas y otros hábitats, afectando la flora y la fauna del lugar.

¿Qué es la agricultura orgánica?
Granjas orgánicas
En la agricultura orgánica los campos de cultivo son amigables con el ambiente. No se destruyen grandes áreas de terreno, sino que se siembra en pequeñas porciones dejando árboles, arbustos y otras plantas que sustentan la fauna del lugar. Se rotan los cultivos en cada estación para evitar el desgaste de los nutrientes naturales del suelo. Se elimina el uso de químicos o de fertilizantes artificiales. En su lugar se utilizan abonos naturales o estiércol. También los pesticidas son naturales, derivados de plantas, los cuales son inofensivos para la tierra y por consiguiente para la flora y fauna circundante. Este tipo de agricultura ayuda a evitar la erosión del suelo y no es contaminante.

Aplicando químicos al cultivo
Aunque con la agricultura convencional, la producción es mucho mayor, el daño ecológico también es mayor. El uso de químicos para combatir las plagas y fertilizar los cultivos representan unos riesgos, incluso a nuestra salud. En los alimentos se pueden encontrar trazas o residuos de esos químicos. El suelo se erosiona, las aguas se contaminan, la flora se afecta y los animales podrían contaminarse hasta morir, al comer insectos o plantas que han sido expuestos a estos químicos.

¿Cómo combatir las plagas que afectan estos cultivos?
Mariquita alimentándose
de pulgones (áfidos)
Aunque cada cultivo representa sus propios riesgos, la naturaleza con su sabiduría provee las herramientas o mecanismos para protegerlos. Los agricultores orgánicos combaten estos riesgos fomentando la llegada de animales o plantas que le ayuden en la labor de combatir las plagas. Los áfidos o pulgones, por ejemplo, son muy dañinos para los cultivos, pero la presencia de mariquitas, su depredador natural, podría eliminarlos.

Erizo: buen control de plagas
Infestación de caracoles 












Otros animales que ayudan a controlar las plagas pueden ser los sapos o ranas, que comen babosas o insectos que puedan perjudicar los cultivos. Los erizos también son muy buenos para controlar las babosas, caracoles, pequeños roedores. Los nocivos roedores y algunos insectos pueden ser cazados por las aves de presa como las lechuzas, halcones, águilas, búhos y otros. 
Mosca blanca

Algunos himenópteros (abejas, avispas, hormigas, abejorros) ayudan en el control de plagas, ya que son parásitos de la mosca blanca (muy perjudicial para las cosechas). Cuando la larva del himenóptero parasita la larva de la mosca, va comiéndola por dentro hasta que nace, entonces la mosca blanca muere. Este mismo mecanismo lo proveen otros insectos con otras plagas.
Sapo: ayuda a controlar babosas,
caracoles e insectos
Se debe favorecer la presencia de estas especies, proveyéndole el hábitat adecuado para que ayuden a controlar las plagas. Este control biológico se puede lograr ofreciéndole lugares de anidaje a las aves, estanques de agua para los anfibios y las condiciones adecuadas para que se queden en el lugar, ayudando así en los cultivos.

En las granjas donde se utiliza la agricultura orgánica, se promueve la diversidad de flora y fauna, atrayendo a mariposas, abejas y otros insectos que traen beneficios potenciales a los cultivos y al ecosistema. 
Por tal razón, aunque los productos de la agricultura orgánica, en la mayoría de los mercados, son más costosos, debemos promoverlos y auspiciarlos, por nuestra salud y la de nuestro planeta. 






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